El veto del Gobierno a la compra de Talgo por parte del consorcio húngaro Ganz Mavag continúa su curso entre tribunales y la Unión Europea. La firma de Europa del Este ultima su respuesta legal y acudirá a las instancias judiciales españolas y ante la Comisión Europea. Fuentes internas aseguran que lo harán en cuanto reciban la notificación oficial. "Además de Ganz Mavag, todos los accionistas sufrirán un perjuicio económico grave, por lo que parece razonable que se movilicen", añaden.

El veto del Gobierno

El Consejo de Ministros decidió no autorizar la transacción "por motivos de protección de los intereses estratégicos y de la seguridad nacional de España", según comunicó el área económica del Ejecutivo este martes. El veto del Gobierno contó con la negativa del ministro de Transportes, Óscar Puente, incluso antes del anuncio de oferta pública de adquisición (opa) por parte de Ganz Mavag, el pasado mes de marzo.

El telón de fondo de la decisión son los presuntos vínculos de la firma magiar con Rusia y la sombra del presidente ultraderechista húngaro, Víktor Orban. El fondo estatal Corvinus facilitaría la financiación de la oferta, aunque Ganz Mavag defiende que cumple con la regulación española y comunitaria.

La respuesta jurídica

El Consejo de Ministros fundamenta su decisión en el análisis de la Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex), el órgano encargado de evaluar las operaciones sujetas al plácet gubernamental. El análisis determinó que la autorización conllevaría riesgos para la seguridad nacional y el orden público, según expone el Ministerio de Economía, que declara como "clasificada" la información del expediente de la Jinvex.

Ganz Mavag no ha sido sorprendida por el movimiento del Gobierno y trabaja desde hace semanas en un escenario de bloqueo y una justificación de esta índole para acelerar su respuesta jurídica. Garrigues asesora legalmente a la firma desde el inicio del proceso.

Discrepancias húngaras

El Real Decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones extranjeras, define las infraestructuras, sectores y tecnologías críticas cuya pérdida puede afectar a la seguridad y el orden público. Sin embargo, desde Hungría consideran que Talgo no es una empresa estratégica y cuestionan cómo una empresa sin habilitación de seguridad puede impactar en la seguridad nacional.

El Ministerio insiste en que Talgo es "una empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial de España".