Los gigantes del sector automotor presionan a la Comisión Europea para flexibilizar las normas de emisiones en reunión en Bruselas

Los principales ejecutivos de la industria automotriz europea se reúnen este jueves con autoridades de la Unión Europea para negociar la competitividad del sector automotor en Europa y, específicamente, la nueva normativa de emisiones CAFE.

La directiva CAFE, ¿enemigo público del motor europeo?

La directiva CAFE (Corporate Average Fuel Economy) endureció el promedio de emisiones de los vehículos nuevos, pasando de 115,1 gramos de CO2 por kilómetro a 93,6. Esta cifra es inaceptable para la patronal ACEA, que representa a los fabricantes de automóviles del Viejo Continente, y estima que la factura para el sector podría ascender a 15.000 millones de euros o derivar en una reducción de la producción de las plantas de automóviles de combustión con el consiguiente efecto en el empleo en Europa.

  • Otra posible consecuencia es el pago de derechos de emisión a fabricantes extranjeros que sí cumplen, como Tesla.

La directora general de ACEA, Sigrid de Vries, declaró en un documento publicado a principios de esta semana para presionar a Bruselas de cara a la reunión: "Se acabó el tiempo de los informes: el diálogo estratégico debe producir ahora un impacto real basado en las recomendaciones de Draghi. Tenemos que pasar de un enfoque basado en las sanciones a otro basado en el mercado y en la demanda."

Titantes de la industria, con la mirada puesta en Bruselas

El jefe de Vries, Ola Källenius, quien además de presidir ACEA, también es el consejero delegado de Mercedes-Benz, asistirá a la reunión. Irá bien acompañado por Oliver Blume de Volkswagen, Luca de Meo de Renault, Oliver Zipse de BMW y Stefan Hartung de Bosch (fabrica componentes para automóviles).

Stellantis, el regreso del hijo pródigo

Stellantis, hasta hace poco un verso suelto de la industria automotriz, también acudirá a la reunión, aunque aún no ha confirmado quién los representará. El grupo, dueño de marcas como Opel, Peugeot, Fiat y Citroën, se había marchado a principios de 2023 de ACEA por decisión de su antiguo consejero delegado, Carlos Tavares.

Tras su salida de la empresa el 1 de diciembre, la automovilística no tardó en anunciar su vuelta a la patronal. "El propósito es unificar los mensajes para tener una única estrategia de comunicación en Europa", explicó Jean-Philippe Imparato, consejero delegado de Stellantis para la región europea y uno de los candidatos a sustituir a Tavares como máximo directivo de la compañía.

El caso Stellantis, un espejo de los problemas en la industria automotriz

Stellantis tiene serios problemas de competitividad en Italia, donde sufre de un exceso de producción. Tavares tuvo sonoros encontronazos con el Gobierno italiano por reducir su producción en el país y llevarse proyectos a otros lugares más baratos como Polonia.

Tras el adiós de Tavares, el grupo se apresuró a anunciar una inversión de 2.000 millones para apaciguar a los italianos (la familia Agnelli es el principal accionista de Stellantis), pero sus problemas de exceso de capacidad persisten en Italia, un caso similar al de Volkswagen en Alemania que ha acordado una reducción de plantilla de 35.000 personas en el país germano.

Jugando a dos bandas: la alianza con Tesla y el lobby en Bruselas

Stellantis ya da por hecho que no cumplirá con el objetivo de emisiones marcado por la CAFE y ha optado por unirse a un pool de fabricantes liderado por Tesla para contabilizar sus emisiones de CO2 de forma conjunta. Esta alianza, de la que también forman parte Toyota, Subaru, Mazda y Ford, puede reportar unas ganancias a Tesla de unos 1.000 millones por vender sus derechos de emisiones.

  1. El contexto para el automóvil europeo es delicado, ya que los fabricantes del Viejo Continente han quedado por detrás no solo de Tesla, sino también de los chinos en el ámbito del vehículo eléctrico.

Ante todo, el sector no quiere reforzar a empresas como la dirigida por Elon Musk con el pago de derechos de emisiones y que, en vez de pagar multas, el dinero se reutilice en inversiones que ayuden al motor a reforzar su posición en la electromovilidad.

Una de las propuestas que ACEA ha puesto sobre la mesa es contabilizar las emisiones de CO2 de 2025, 2026 y 2027 de forma conjunta, en vez de por separado, lo que daría tiempo a las automovilísticas más rezagadas para cumplir con Bruselas.
En el encuentro también estará la ONG Transport & Environment (T&E), que sostiene que el sector está en condiciones de cumplir los objetivos, aunque en uno de sus informes apunta a Volkswagen y Ford como las más rezagadas.