Holaluz negocia financiación con el Institut Català de Finances
La energética catalana Holaluz ha formalizado una operación de financiación por un importe de 4 millones de euros que ya ha sido desembolsada, y negocia con el Institut Català de Finances (ICF), dependiente de la Generalitat, dos posibles alternativas de préstamo, según ha comunicado este martes la compañía a BME Growth, mercado en el que cotiza.
Dos propuestas sobre la mesa
La compañía explica que “sigue avanzando en la refinanciación de su actividad” y que tiene abiertas dos alternativas pendientes de confirmación del ICF. La comercializadora eléctrica lleva semanas negociando con el ICF a fin de evitar el preconcurso de acreedores.
En un primer momento, la propuesta era de un préstamo de 10 millones de euros, otro préstamo de Avançsa de tres millones, la inversión de dos family offices por 1,8 millones con deuda convertible, y un equity line por hasta siete millones de euros.
Pero a esta propuesta se ha sumado hoy una segunda que consta de un préstamo del ICF de 10 millones de euros, otro de Avançsa de tres millones y préstamos convertibles por sietes millones con un inversor industrial del sector.
La compañía no ha proporcionado el nombre del posible inversor, en cambio, se ha limitado a señalar que “una vez se confirme una de las dos alternativas, Holaluz dará la información oportuna al mercado”.
Respiro financiero insuficiente
Por el momento, ha conseguido un respiro financiero con esos cuatro millones que ya han sido desembolsados, aunque supone una mínima parte del dinero perdido el año pasado.
Y es que todas las magnitudes de la comercializadora catalana descendieron de manera relevante en 2023: las ventas consolidadas cayeron un 33%, hasta 614,6 millones de euros; el ebitda normalizado fue de 4,3 millones frente a los 14,3 millones del año precedente, mientras el margen comercial cayó otro 25%, hasta 62,8 millones.
Pérdidas y previsiones
La deuda neta de la comercializadora catalana se situó en 65,4 millones de euros a 31 de diciembre de 2023, frente a los 62,3 millones del año previo, lo que atribuye a la inversión requerida para la financiación del negocio solar.
Los gastos financieros pasaron de 2,1 millones en 2022 a 4,2 millones en 2023, por el programa de pagarés verdes MARF y la subida del Euríbor.
La empresa, que cotiza desde 2019 y apostó fuerte por el negocio del autoconsumo (con su programa denominado la revolución de los tejados) ha visto descender fuertemente los ingresos de sus distintos negocios: el de comercialización de electricidad, de gas, la representación en el mercado y las instalaciones.
La mala situación de la compañía ha desembocado en que la semana pasada, el consejo de administración acordara la presentación de un preconcurso de acreedores en el caso de que no se materialice la financiación de la que sigue pendiente.
Según sus propias previsiones, en los próximos 12 meses espera “varios préstamos de distintas instituciones y una potencial ampliación de capital con inversores privados, por un importe de 20 millones de euros, así como la confirmación de otras alternativas de financiación, que a la fecha están en fase de negociación”. De esta cantidad, 10 millones de euros corresponden al desembolso previsto por el Institut Català de Finances (ICF).