La prima de riesgo empata por primera vez desde 2008

La debilidad política y los desequilibrios de las finanzas públicas llevan al bono galo a rozar el 3%

Los desequilibrios de las finanzas públicas vuelven a poner en alerta a los inversores

Dos meses después de que la derrota de Marine Le Pen en las elecciones francesas ayudara a contener los nervios, ahora las preocupaciones presupuestarias saltan a primera línea. El ejecutivo del primer ministro galo, Michel Barnier, ha pedido a la Comisión Europea otro aplazamiento para presentar sus planes presupuestarios. La abultada deuda y el elevado déficit continúan siendo los caballos de batalla. Después de cerrar 2023 con un déficit del 5,5%, las previsiones apuntan a que en 2024 aumentará hasta el 5,6%, lejos del límite del 3% que establecen los tratados europeos.

En una entrevista en la radio pública, el ministro de Economía, Antoine Armand, ha reconocido que la situación financiera del país es “grave” y que la economía presenta uno de los peores déficit de su historia. Los inversores, que venían mostrando su preocupación por que la situación de bloqueo político impidiera al país poner en marcha las medidas necesaria para devolver la estabilidad a las cuentas pública, empiezan poco a poco a perder la paciencia.

Donde mejor se aprecia esto es en el mercado deuda. La rentabilidad del bono francés a 10 años se aproxima al español. Los títulos galos con vencimiento en 2034 rondan el 2,94%, prácticamente empatado con el 2,96% que se le exige a España, una situación que no veía desde 2008.

Aunque los presupuestos continúa siendo el talón de Aquiles del Gobierno de Pedro Sánchez, en las últimas semanas la economía española no ha parado de cosechar buenas noticias

A la revisión al alza de las previsiones de crecimiento se ha unido la rebaja de tipos del BCE. Todo ello ha contribuido a que el diferencial entre la deuda española y alemana se sitúa por debajo de los 80 puntos básicos mientras la prima de riesgo francesa ha pasado de los 72 puntos básicos de cierre de agosto a los 78 actuales, máximos de agosto. A pesar de este repunte el diferencial del país vecino sigue sin superar los 81 puntos básicos registradas en plena tormenta política.

Los inversores aceleran la venta de activos franceses a medida que pierden la confianza en la capacidad del nuevo gobierno de sobrevivir los próximos meses. Mientras los coste de endeudamiento repuntan, la Bolsa francesa pelea por mantenerse en positivo. El rally que ha acompañado a la renta variable al calor de la rebaja de tipos ha permitido al Cac francés despedirse de las pérdidas y avanzar un 0,8%, lejos del 15,5% que registra el Ibex 35 o del 13% del Dax alemán.

Citi, Barclays y Royan London AM son algunas de las firmas de inversión que vienen alertando del riesgo político. François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel Asset Management, ha reconocido a Bloomberg que los mercados están esperando a ver si el nuevo gobierno puede aguantar. El experto destaca que el existe el riesgo de que el país se adentre una segunda etapa de crisis.

El departamento de análisis de Citi cree que la situación está lejos de normalizarse y esperan que la prima riesgo de Francia suba a los 100 puntos básicos. Emmanuel Cau, responsable de estrategia de renta variable europea para Barclays, afirma que para que los inversores regresen a la compra de deuda y acciones francesas se necesitará ver que el Ejecutivo puede sacar adelante un presupuesto.

El caso política en Francia no para de aumentar

El Nuevo Frente Popular, la alianza de izquierdas que tiene el mayor número de escaños en el Congreso, ha prometido derrocar al gobierno lo antes posible. Estas advertencias se suman a las que viene lanzando el partido de extrema derecha de Marine Le Pen que asegura que el nuevo gobierno “no tiene futuro”.

Gareth Hill, gestor de cartera de Royal London AM, cree que los vientos en contra para la economía del país vecino son bastante grandes. El experto mantiene una posición infraponderada sobre la deuda francesa desde antes de las elecciones y señala que aunque al menos haya un primer ministro, el Ejecutivo está en una situación de debilidad para poder sacar adelanta las reformas que precisa el país.

La rentabilidad del bono francés a 10 años se aproxima al español. Los títulos galos con vencimiento en 2034 rondan el 2,94%, prácticamente empatado con el 2,96% que se le exige a España, una situación que no veía desde 2008.

Los desequilibrios de las finanzas públicas vuelven a poner en alerta a los inversores. Dos meses después que de la derrota de Marine Le Pen en las elecciones francesas ayudara a contener los nervios, ahora las preocupaciones presupuestarias saltan a primera línea.