La Comisión Europea incrementa aranceles a los coches eléctricos de China

La Comisión Europea está a punto de subir los aranceles a los vehículos eléctricos importados desde China. Ha concluido que Pekín ayuda de manera "injusta" a sus fabricantes con subsidios, lo que perjudica a los competidores europeos y distorsiona el mercado. Para compensar esta situación, la Comisión ha decidido aumentar los impuestos que pagan en las aduanas los vehículos que llegan a la UE desde el gigante asiático.

Aranceles diferenciados para cada empresa

Sin embargo, los aranceles no serán iguales para todas las empresas. SAIC tendrá que pagar un 38,1%, el más alto, mientras que BYD, el mayor grupo chino, pagará un 17,4%. "Nuestro objetivo no es cerrar el mercado de la UE a los vehículos eléctricos chinos, sino garantizar que la competencia sea justa", ha argumentado Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión y máximo responsable de Comercio.

Aplicación provisional y posibles variaciones

La decisión adoptada este miércoles es provisional y no entrará en vigor de inmediato. Se ha comunicado a todas las partes implicadas (China, fabricantes y Estados miembros) y se aplicará a partir del próximo 4 de julio. Durante estas semanas, los aranceles podrían variar si las empresas afectadas aportan alegaciones que la Comisión considere "suficientes".

Intenso debate en la UE

Se espera un intenso debate en las próximas semanas, ya que Alemania siempre ha mostrado sus reticencias a que la Unión Europea dé este paso. La decisión de imponer aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China ha estado sobre la mesa desde que, en septiembre del año pasado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciara la apertura de una investigación por sospechas de que Pekín concedía subsidios masivos a las empresas chinas.

Cambio de actitud hacia China

Este movimiento "de oficio" de la Comisión marca un cambio de actitud de la UE hacia China. A la investigación sobre los subsidios a los fabricantes de coches eléctricos se han sumado otras sobre los productores de paneles solares, aerogeneradores e incluso sobre la contratación pública por parte de los gobiernos chinos en el sector sanitario, que perjudicaría a las empresas europeas.

Todos estos expedientes forman parte de la nueva estrategia de acercamiento a China, que pasa por reducir la gran dependencia europea en muchos sectores, especialmente los vinculados a la transición energética, impulsando la producción autóctona y diversificando las importaciones.