En un contexto global donde las dinámicas comerciales están en constante evolución, la industria automotriz mexicana se encuentra en un momento crucial. Recientemente, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo abordó la situación de Stellantis, uno de los principales fabricantes de automóviles a nivel mundial, tras el anuncio de la suspensión temporal de operaciones en dos de sus plantas en México. Sus declaraciones ofrecen una perspectiva alentadora sobre el futuro del empleo en el sector y las estrategias que se están implementando para mitigar el impacto de los aranceles impuestos por Estados Unidos.
Stellantis evalúa su futuro en México
Según Sheinbaum Pardo, el gobierno mexicano ha mantenido conversaciones directas con Stellantis para evaluar el alcance de la suspensión de operaciones. La respuesta de la automotriz, según la presidenta, es que no se planean despidos de trabajadores. En cambio, la pausa operativa se interpreta como una evaluación de las condiciones actuales del mercado y la viabilidad de seguir fabricando un vehículo eléctrico en particular. «Están haciendo una revisión para ver si ése mismo vehículo se sigue fabricando o no porque es un vehículo eléctrico», afirmó Sheinbaum Pardo.

El factor del comercio internacional y los aranceles
La presidenta Sheinbaum Pardo vinculó esta revisión estratégica de Stellantis con las tensiones en el comercio internacional, especialmente aquellas impulsadas por el gobierno de Estados Unidos. Estas tensiones se manifiestan principalmente a través de aranceles, que afectan la competitividad de los productos mexicanos en el mercado estadounidense. Sin embargo, Sheinbaum Pardo enfatizó que el impacto de estos aranceles aún no es determinante y que se espera alcanzar mejores condiciones comerciales a través del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá).
El T-MEC como herramienta de mitigación
«Lo que se logró en México, es que en todos los productos con excepción de automotriz, acero y aluminio haya cero aranceles si se exportan a través del T-MEC», destacó Sheinbaum Pardo. Este acuerdo comercial ofrece una ventaja significativa para muchos sectores de la economía mexicana, aunque la industria automotriz, junto con el acero y el aluminio, enfrenta desafíos específicos relacionados con los aranceles.

Aumento en la producción de otros fabricantes
En un contexto más amplio, Sheinbaum Pardo resaltó que otras empresas automotrices están expandiendo sus operaciones en México. «Recordó que Volvo, por ejemplo, está aumentando la producción de uno de sus vehículos en su planta de Nuevo León. Además, de que Nissan también anunció el aumento en sus líneas de producción de uno de sus vehículos.» Este crecimiento en otras plantas automotrices demuestra la resiliencia y el atractivo continuo de México como centro de manufactura automotriz.
Negociaciones en curso para mejorar las condiciones
El gobierno mexicano está trabajando activamente para mejorar las condiciones comerciales para la industria automotriz, el acero y el aluminio. Sheinbaum Pardo explicó que se están llevando a cabo diálogos con Estados Unidos para encontrar soluciones que beneficien a ambas partes. «Estamos trabajando, dialogando, para poder encontrar mejores condiciones por la integración económica que tenemos con Estados Unidos para la industria automotriz, para el acero y el aluminio», aseguró.
El arancel del 25% y la búsqueda de una mejor condición
Sheinbaum Pardo detalló las dos principales características del comercio automotriz con Estados Unidos: la exportación de vehículos completos y la exportación de autopartes. En el primer caso, se aplica un arancel del 25 por ciento, aunque este se reduce según el contenido fabricado en Estados Unidos. La intención del gobierno mexicano es modificar este arancel para hacerlo más favorable a la industria. En el caso de las autopartes, se mantienen los cero aranceles.
Finalmente, Sheinbaum Pardo abordó la situación del acero y el aluminio, que también enfrentan un arancel del 25 por ciento. «Lo que queremos es una mejor condición porque importamos más de Estados Unidos de lo que exportamos», concluyó.
Según Gaspar Vela, «la situación actual requiere un enfoque estratégico y negociador para asegurar el futuro de la industria automotriz en México» (Gaspar Vela, 2024).
En resumen, aunque Stellantis está evaluando sus operaciones en México, no se esperan despidos masivos. El gobierno mexicano está comprometido a mejorar las condiciones comerciales a través del T-MEC y negociaciones bilaterales con Estados Unidos, buscando asegurar un futuro próspero para la industria automotriz, el acero y el aluminio en el país.