La dieta mediterránea, un régimen alimentario muy valorado tanto en España como en el extranjero, ofrece numerosos beneficios para la salud, como ya han demostrado diversos estudios científicos. Esta dieta es capaz de combatir e incluso prevenir enfermedades graves y cardiovasculares, tal y como lo demostró el estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), que analizó a más de 7.000 personas con alto riesgo cardiovascular.

Los beneficios de las setas para el cerebro

Entre los alimentos que componen la dieta mediterránea, las setas destacan por sus propiedades beneficiosas para el cerebro. La Dra. Schneider, neuróloga certificada y graduada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, afirma que incluye las setas en su alimentación diaria por su alto contenido en proteínas y fibra, su bajo contenido en calorías y grasas, sus propiedades antiinflamatorias y su riqueza en nutrientes.

Además, las setas contienen betaglucanos, un tipo de fibra soluble relacionada con el apoyo a la salud inmunológica. Estos betaglucanos contribuyen a regular el azúcar, reducir el colesterol y disminuir el riesgo de cáncer.

Los estudios también han demostrado que el consumo frecuente de setas puede estimular el crecimiento nervioso y mejorar la memoria.

La melena de león, un hongo medicinal

Entre las diferentes variedades de setas comestibles, la Dra. Schneider destaca la melena de león, un hongo blanco y esponjoso que recibe su nombre por sus largas espinas colgantes que recuerdan a la melena de un león.

La melena de león es conocida en la medicina tradicional china por sus propiedades medicinales para mejorar la salud del cerebro y el sistema nervioso. Contiene compuestos bioactivos que estimulan la síntesis del factor de crecimiento nervioso, ayudando a mantener las neuronas y previniendo enfermedades neurodegenerativas.

Además, la melena de león mejora la función cognitiva y la concentración, reduce la ansiedad y la depresión, y se asocia a la prevención de enfermedades crónicas como las cardíacas y el cáncer.

El sabor de la melena de león es suave y ligeramente parecido al marisco. Se puede cocinar al horno, frito o salteado, siendo esta última la opción favorita de la Dra. Schneider.

Para incorporarla fácilmente a la alimentación diaria, la Dra. Schneider recomienda saltearla con aceite de oliva, vinagre balsámico y especias al gusto.