La negociación colectiva entra en una fase de ralentización

Las negociaciones para llegar a acuerdos en materia laboral se están quedando estancadas. Desde que comenzó la anterior legislatura, se firmaron 14 acuerdos sociales entre 2020 y 2021. Pero desde entonces, la situación ha cambiado y la negociación colectiva se ha frenado en los últimos meses.

La debilidad del Gobierno y la cercanía de las elecciones, factores clave

Algunos de los factores que han contribuido a esta ralentización son la debilidad del Gobierno de coalición y la cercanía de las elecciones autonómicas y generales. La debilidad del Gobierno, que necesita el apoyo de los nacionalistas de derechas (PNV y Junts) en cada votación, hace que sea más difícil llegar a acuerdos. Además, la cercanía de las elecciones autonómicas y generales también está influyendo en las negociaciones, ya que los partidos están más centrados en la campaña electoral que en llegar a acuerdos.

Las negociaciones más importantes, en punto muerto

Entre las negociaciones más importantes que se están quedando estancadas están la reforma de las pensiones, la reforma del Estatuto de los Trabajadores y la reducción de la jornada laboral. En la reforma de las pensiones, el Gobierno está intentando extender a nuevas profesiones los coeficientes reductores para que más trabajadores puedan jubilarse antes. Sin embargo, los sindicatos no están de acuerdo con las propuestas del Gobierno y las negociaciones están en punto muerto.

En cuanto a la reforma del Estatuto de los Trabajadores, el Gobierno quiere acabar con la precariedad laboral y mejorar las condiciones de los trabajadores. Sin embargo, los empresarios no están de acuerdo con algunas de las propuestas del Gobierno y las negociaciones también están estancadas.

Finalmente, la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas es otro de los temas que está en punto muerto. Los sindicatos quieren reducir la jornada laboral para mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar. Sin embargo, los empresarios no están de acuerdo y las negociaciones están encalladas.

¿Qué consecuencias tendrá esta ralentización?

Esta ralentización en la negociación colectiva puede tener varias consecuencias negativas. En primer lugar, puede provocar que se retrasen las reformas necesarias para mejorar el mercado laboral. En segundo lugar, puede provocar que se pierda la confianza entre los agentes sociales. Y, en tercer lugar, puede provocar que se deteriore el clima social.