La tormenta comercial se cierne sobre España: un análisis profundo del impacto de la política arancelaria de EE.UU.

Las recientes medidas arancelarias impuestas por Estados Unidos están generando ondas expansivas en la economía global, y España no es inmune a sus efectos. Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas (s.f.), advierte que la pérdida de exportaciones es solo la punta del iceberg de una disrupción que se está gestando en el modelo productivo español.

La decisión de la Casa Blanca, calificada como un «día de la liberación», marca un punto de inflexión en el orden económico mundial. Estados Unidos, que fuera el principal impulsor del sistema multilateral tras la Segunda Guerra Mundial, está virando hacia el aislacionismo, una estrategia con consecuencias significativas para la economía española.

Un impacto más allá de las cifras iniciales

A primera vista, el impacto podría parecer limitado. Las exportaciones a EE.UU. representan aproximadamente el 1,1% del PIB español. Un arancel del 20% podría interpretarse como una leve desaceleración en una economía que, hasta ahora, se mostraba boyante. Sin embargo, esta visión simplista ignora la complejidad de las cadenas de suministro globales.

Muchas empresas españolas no exportan directamente a EE.UU., pero sí suministran componentes a industrias exportadoras europeas. El sector de componentes del automóvil es un ejemplo paradigmático. Por lo tanto, las restricciones comerciales estadounidenses tienen un alcance mucho mayor de lo que sugieren las cifras superficiales.

El espejismo del «efecto desvío»

En 2018, durante el mandato de Donald Trump, la imposición de aranceles al sector agrícola español provocó una caída en las ventas a EE.UU. Sin embargo, esta pérdida se compensó en parte con el acceso a nuevos mercados, un fenómeno conocido como «efecto desvío». ¿Podemos esperar un resultado similar en esta ocasión?

Raymond Torres (s.f.) señala que el «efecto desvío» depende de la capacidad de otros mercados para absorber rápidamente las ventas perdidas en EE.UU. Pero la guerra arancelaria iniciada por Washington es global, lo que dificulta encontrar alternativas viables. Tras un período de negociación, cada país está anunciando represalias, intensificando la confrontación comercial.

La incertidumbre como arma política

La incertidumbre parece ser una herramienta clave en el arsenal político del presidente estadounidense, con el objetivo probable de atraer inversión o repatriar industrias. Sin embargo, este objetivo no se está cumpliendo. La confianza se está desplomando, lo que apunta a una ralentización de la economía estadounidense y un aumento de los precios como consecuencia de la escalada tarifaria. Los mercados bursátiles, lejos de celebrar la «liberación», están acumulando pérdidas.

El efecto dominó: cuando EE.UU. se enfría, el mundo estornuda

La historia económica nos enseña que cuando la economía estadounidense se resiente, el resto del mundo sufre. La rapidez con la que los capitales se mueven a través del planeta amplifica el impacto. Las incertidumbres transatlánticas están afectando la inversión empresarial en España, la variable más sensible a los cambios de percepción. La inversión en bienes de equipo está estrechamente ligada a las exportaciones.

El miedo se está apoderando de los mercados, lo que se traduce en una huida hacia activos seguros como el oro, el franco suizo o los bonos públicos. A pesar de todo, Washington no da marcha atrás en su política proteccionista.

Posibles medidas para mitigar el impacto

Para contrarrestar las presiones recesivas, el gobierno estadounidense podría adelantar los recortes de impuestos prometidos en campaña. Sin embargo, la financiación de estas medidas es incierta. El plan Doge de Elon Musk no ha generado el ahorro esperado, y la recaudación procedente de las tarifas aduaneras no será suficiente. El déficit público podría dispararse.

Europa aún no ha anunciado sus represalias, dando una última oportunidad a la negociación. Mientras tanto, es urgente buscar nuevos socios comerciales o pactos de no agresión, como el acuerdo recientemente firmado entre China, Japón y Corea del Sur.

España y el resto de Europa esperan un impulso de integración e inversión, aunque sus efectos tardarán en materializarse. A corto plazo, la coyuntura económica estará marcada por el vaivén proteccionista.

El plan de ayuda a los sectores afectados

Se está diseñando un plan de ayudas para los sectores más afectados por las medidas arancelarias, inspirado en la experiencia exitosa de la pandemia. Este plan incluye un incentivo para la búsqueda de nuevos mercados. Más del 10% de las exportaciones totales de equipos generadores de fuerza, grasas y aceites, buques, vino y ciertos productos químicos se destinan a EE.UU.

  • Equipos generadores de fuerza
  • Grasas y aceites
  • Buques
  • Vino
  • Productos químicos

El impacto de las tensiones comerciales va más allá del sector exterior, pudiendo incrementar la incertidumbre y perjudicar la inversión y las industrias de bienes de equipo y de componentes.

Referencias

Torres, R. (s.f.). La guerra comercial vista desde España. El País. Recuperado de https://elpais.com/economia/negocios/2025-04-06/la-guerra-comercial-vista-desde-espana.html